Cómo pueden evitar las empresas el lavado verde

21 de julio de 2022
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Allister Furey
Consejero Delegado y Cofundador

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TL;DR

Cada vez se presiona más a las empresas para que fijen objetivos climáticos ambiciosos. Las organizaciones del sector privado desempeñarán un papel esencial en la lucha contra el cambio climático, e incluso podrían marcar el camino con ambición e innovación. Sin embargo, las empresas se exponen a acusaciones de "lavado verde" cuando hacen afirmaciones sobre acción climática que no pueden respaldar. Esto puede acarrear graves consecuencias legales, normativas y de reputación.

En la actualidad, la mayoría de las afirmaciones sobre el clima no están reguladas, y la participación en los mercados de carbono es voluntaria para la mayoría de los sectores. Es más, muchos términos climáticos no tienen una definición universal: por ejemplo, una organización puede afirmar que es neutra en carbono porque puede haber compensado todas sus emisiones (incluido el alcance 3) con créditos de alta calidad, mientras que otra puede afirmar también que es neutra en carbono, pero sólo ha compensado las emisiones directas de un producto específico sin realizar ninguna diligencia debida sobre la calidad de los créditos

A falta de marcos jurídicos y definiciones claras, ¿cómo pueden las organizaciones asegurarse de no caer en esta incertidumbre? La clave es la transparencia.

¿Qué es el lavado verde?

El "lavado verde" se ha convertido en un término muy utilizado para describir cualquier tipo de marketing o promoción engañosa sobre el impacto positivo de una organización en el medio ambiente. Puede tratarse de publicidad engañosa, exageración de afirmaciones o tergiversación del impacto neto de las acciones de una organización sobre el medio ambiente.

Reglamento

Algunas actividades de "lavado verde" ya están en el punto de mira de los reguladores. Un ejemplo reciente fue la multa de 1,5 millones de dólares impuesta por la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC) a una sucursal de inversión de un importante banco estadounidense por falsear las consideraciones ASG de algunos de sus fondos de inversión. Esto se produce después de que la SEC anunciara la creación de un grupo de trabajo dedicado a abordar las infracciones de los requisitos de información relacionados con el clima y los ASG. El año pasado, la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido publicó sus propias directrices para las entidades financieras sobre cómo evitar el lavado verde, mientras que la UE presentó en marzo sus propuestas contra el lavado verde para toda la economía.

Es probable que las intervenciones reguladoras aumenten a medida que los requisitos de divulgación se hagan más estrictos y aumente la ambición por cumplir los objetivos climáticos mundiales. El proyecto de normas de la SEC sobre divulgación de información relacionada con el clima indica claramente la dirección a seguir, aunque aún no se hayan ultimado los detalles. Las organizaciones tendrán que informar mucho más sobre su impacto ambiental y las medidas que toman para mitigarlo. 

Otra novedad clave a tener en cuenta es la labor del nuevo Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB), creado el año pasado en el marco de la Fundación de Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). El objetivo del ISSB es "ofrecer una base global completa de normas de divulgación relacionadas con la sostenibilidad que proporcionen a los inversores y otros participantes en el mercado de capitales información sobre los riesgos y oportunidades de las empresas relacionados con la sostenibilidad para ayudarles a tomar decisiones con conocimiento de causa". Su labor está en curso. 

Acciones legales

También ha aumentado el escrutinio público de las afirmaciones del sector privado sobre el clima. Consumidores, accionistas y votantes utilizan su influencia para exigir responsabilidades a las organizaciones y asegurarse de que cumplen sus compromisos.

Una vía para ello que podría preocupar cada vez más a las empresas son los litigios. Un grupo de ONG ecologistas, entre ellas Greenpeace, Amigos de la Tierra y ClientEarth, ha presentado una demanda contra una gran empresa energética por publicidad de "lavado verde", que, según afirman, infringe las normas contra la publicidad engañosa. Si la demanda prospera, podría abrir las puertas a muchos más casos similares.

¿Es la compensación de emisiones un lavado verde?

La compensación de emisiones de carbono es una actividad que ha sido especialmente criticada por su "lavado verde" en algunos ámbitos. Las organizaciones que sólo utilizan la compensación para hacer declaraciones sobre el clima, o que no son transparentes con sus estrategias de compensación, corren un riesgo especial. Sin embargo, la compensación de carbono no es intrínsecamente "greenwashing" y tiene un papel fundamental que desempeñar en la transición global a cero emisiones netas, siempre que las organizaciones tengan en cuenta 2 puntos clave:

  1. Seguir la jerarquía de mitigación

La compensación no es una excusa para seguir actuando como hasta ahora y evitar actividades esenciales de descarbonización. Debe utilizarse como parte de una estrategia más amplia que siga la jerarquía de mitigación (evitar, reducir, compensar), por ejemplo siguiendo el Código de Prácticas de la VCMI.

  1. Utilizar créditos de alta calidad

La compensación sólo tendrá un impacto climático positivo si los créditos utilizados son adicionales, permanentes y están justificados por una contabilidad del carbono legítima y verificable. Los compradores de créditos deben actuar con la diligencia debida para estar seguros de ello, y deben informar con transparencia al respecto y sobre los detalles del uso que hacen de los créditos. 

Evitar el lavado verde: la transparencia es la clave

Informar claramente sobre el impacto ambiental de forma coherente entre años y comparable entre organizaciones permite a las partes interesadas evaluar con precisión las afirmaciones de una organización. Si no se divulga esta información, se corre el riesgo de sugerir que las organizaciones tienen algo que ocultar o que carecen de datos que respalden sus afirmaciones. Los reguladores ya están indicando que cada vez se exigirá más información de este tipo: Los requisitos del Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera Relacionada con el Clima (TCFD) se están codificando en cada vez más jurisdicciones, y la norma final de la SEC sobre divulgación de información relacionada con el clima casi con toda seguridad aumentará aún más los requisitos. 

No se trata de hacia dónde va la normativa, sino de lo rápido que llegará. No estar preparado para ello será costoso y potencialmente perjudicial para una empresa. Mientras tanto, la transparencia es la mejor manera de garantizar que las declaraciones sobre el clima son legítimas y fiables.

Sobre el autor

Allister Furey
Consejero Delegado y Cofundador

Allister es un emprendedor reincidente con un doctorado en Aprendizaje Automático y un MBA por la London Business School. Además de 10 años desarrollando tecnología en el sector de las energías renovables, ha creado y gestionado unidades de negocio en Asia, Europa continental y Reino Unido.

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