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Los participantes debatirán sobre cómo:
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La cuenca del Congo, reconocida mundialmente como el "segundo pulmón del planeta" por su papel ecológico vital, es el sumidero tropical de carbono más eficaz del mundo, ya que absorbe enormes cantidades de dióxido de carbono atmosférico. Proteger este enorme activo natural es ahora más urgente que nunca. Dado que la financiación de los bosques ocupa un lugar central en esta COP, la atención mundial se centra en la necesidad crítica de contar con mecanismos de financiación específicos y a largo plazo.
Se ha dado un gran paso gracias a iniciativas como el recién lanzado Llamamiento de Belém para los Bosques de la Cuenca del Congo, liderado por Francia y Gabón y respaldado por Alemania, Noruega, Bélgica y Gran Bretaña, que pretende salvaguardar los bosques de la región movilizando más de 2.500 millones de dólares en los próximos cinco años. Otros esfuerzos cruciales, como el Fonds Bleu pour le Bassin du Congo (Fondo Azul)", también están trabajando para impulsar la inversión en estos ecosistemas cruciales.
Aunque estos compromisos son significativos, necesitamos mucha más financiación para afrontar el colosal reto de proteger la cuenca. Los mercados de carbono pueden desempeñar un papel clave desbloqueando el capital del sector privado y proporcionando un flujo financiero sostenible para los esfuerzos de conservación basados en el valor climático verificable de los bosques. Sin embargo, los países de la cuenca del Congo no están aprovechando plenamente esta oportunidad de aprovechar el inmenso valor de sus bosques en los mecanismos mundiales de financiación del carbono, lo que representa una oportunidad perdida para el desarrollo sostenible y la salvaguarda de los bosques a largo plazo.
En COP30, Sylvera, el PNUD y el Gobierno de la República del Congo, en colaboración con la Comisión del Clima de la Cuenca del Congo (CBCC), convocarán un diálogo de alto nivel sobre cómo ampliar a toda la región la acción climática basada en la naturaleza y de alta integridad.
Este acto reunirá a responsables políticos, inversores, científicos y socios de desarrollo para estudiar cómo la transparencia de los datos, las nuevas tecnologías y una gobernanza sólida pueden transformar la cuenca del Congo en un modelo de inversión sostenible en la naturaleza.

